El músculo piramidal es uno de los que más influye en la patología sacra, por su posición anatómica.
Una de las características del síndrome piramidal es un dolor vivo en la parte baja del dorso y que va desde el sacro hasta la articulación de la cadera, debajo de la nalga y en la parte posterior del muslo hasta el hueco popliteo. Se suele confundir con una lumbalgia o lumbociatica.
La nalga, en el lado lesionado, duele mucho por lo general a la palpación, presionando por encima del piramidal, se manifiesta dolor intenso.
En los casos mas agudos el paciente no puede ni sentarse ni acostarse normalmente y los cambios de postura no le alivian. Cualquier movimiento de rotación o de flexión de cadera provoca dolor intenso.
Estiramiento del músculo piramidal
El estiramiento de este popular músculo se presenta de la forma más sencilla en la foto adjunta.
Con ligera flexión de rodilla, tumbados decúbito supino, traccionamos del pie hasta notar la tensión adductora. Si aún así no notamos una tensión de recorrido clara desde el glúteo mayor hasta el fémur (la tensión en glúteo es distinta, más amplia y difusa), podemos imprimir al pie un desplazamiento exterior. Al mantener la flexión de rodilla esto aumentará la rotación interna de la cadera y ello hará estirar aún más el músculo. No hay que abusar de la duración de este estiramiento (máximo quince segundos) para no irritar al nervio ciático. Se pueden hacer varias tandas.
Fuente: Terapiasmanuales
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