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[Miércoles 12-06-2013 12:54:04]    Paco Martínez Vega
Por: Pablo León | 06 de junio de 2013



“Riégueme, riégueme”, gritaba una exhultante Carmen Maura a un limpiador callejero con el que se cruzaba en una escena de La ley del deseo, de Almodóvar. Maura, sofocada por el calor estival madrileño, no pudo resisitir la tentación del agua. Cuando llega el verano, el brillo del sol incita a muchos ciudadanos plantearse usar la bicicleta en la ciudad. A la vez un temor les invade: sudar. Una pareja de científicos israelíes, Kobi Rein y Arik Bar Erez ha ideado una solución a los sofocos estivales; Q-Fog, el primer dispositivo aspersor para ciclistas.


“El tiempo puede ser impredecible, las ganas de pedalear, sin embargo, no”, explican los creadores del ingenio en un comunicado. “Q-Fog vaporiza con agua fresca a los ciclistas lo que aumenta el confort en la bicicleta”, continúan. El dosificador funciona como una pistola de agua; cuando el pedaleante presiona un botón, situado cerca de los cambios, una ráfaga de agua vaporizada, procedente de un depósito instalado justo debajo del manillar, riega su cuerpo. “Con tres cliks, el torso del ciclista queda completamente humedecido”, se promociona el producto.

El cuerpo humano suda para refrigerarse mediante la evaporación del líquido que segrega. Es un mecanismo para controlar la temperatura corporal. Algo que en la bicicleta, con el calor, también ocurre. En contra de lo que mucha gente piensa, en la bicicleta no siempre se transpira, depende de la intensidad del pedaleo y de la temperatura externa. Y el sudor de los pedaleantes es algo que preocupa a la sociedad. Varios columnistas de diversos paíes han utilizado este argumento para desacreditar el uso de la bicicleta en la ciudad obviando que en el metro, corriendo para coger un autobús o en los coches Rexona también te abandona. Por otro lado, un local de Nueva Zelanda acaba de prohibir el acceso a los ciclistas con casco o ropas deportivas “por quejas de los clientes”.

Cuando se circula en bici en una urbe, hay que pensar en la ropa que se utiliza. Así, se debe combinar la indumentaria, no con la bicicleta, sino con el destino, evento o cita a la que se acuda. Si hace mucho calor, se puede llevar una camiseta de recambio o instalar el vaporizador Q-Fog. Si se abusa, aguanta hasta 300 vaporizaciones, se llega húmedo, pero el calor no volverá a ser un problema.


Fuente: Blogs.elpais.com
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