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[Miércoles 14-08-2013 15:27:18]    Paco Martínez Vega
Sus piernas le delatan. Están llenas de cicatrices por todas las horas de entrenamiento. Vuelve a montarse en su bicicleta y de nuevo toca el suelo. “Estoy un poco dormido”, comenta. Lo intenta otra vez y por fin consigue mantenerse más de un minuto haciendo piruetas sobre una rueda de su BMX, una bici diseñada para hacer saltos y acrobacias. Jorge Viki Gómez, míster Viki como le llaman algunos, practica sus acrobacias en la plaza de Colón, uno de los escenarios que le vio crecer como deportista. Este joven madrileño de 32 años es el mejor de España y uno de los grandes a nivel internacional. Su pasión, su vida y su trabajo es el BMX Flatland, un deporte extremo que consiste en hacer acrobacias sobre la bici en una superficie lisa.



“Todo empezó como una afición, cuando tenía 15 años veía a chicos que practicaban con sus BMX en el parque del Retiro”, comenta Viki. Y desde aquel momento no ha parado ni un solo día. Sus primeros pasos fueron competiciones en categoría amateur, de aficionado. “Solía quedarme siempre el primero así que decidí tomármelo en serio”, explica. Fue en el año 2000 cuando viajó a EEUU y se quedó en séptima posición en una de las grandes competiciones de Flatland. Con el dinero que ganó por estar entre los diez primeros pudo volver a competir, y volver a triunfar. Después empezaron a interesarse por él grandes marcas del mundo del BMX y a patrocinarle. Doble campeón de Europa, dos veces de Asia y en tres ocasiones ganador del Red Bull Circle of Balance, la competición más importante del mundo en su disciplina.

Con pantalones cortos, camiseta verde sin mangas y deportivas, Viki gira sobre su BMX manteniendo el equilibrio sobre una rueda, girando el manillar alrededor de su cuerpo, se enreda con ella, con su bici. Son uno, se mueven al ritmo de la música que suena en su mp3. “Escucho de todo, desde música clásica hasta rap, son cuatro horas entrenando cada día desde hace 17 años, tengo un gran repertorio”, apunta con una tímida sonrisa. Para este joven madrileño, afincado en Luxemburgo, lo más duro de ser un rider, deportista de BMX, no son las horas de dedicación, ni viajar casi cada semana a un país diferente. “Lo más difícil es la responsabilidad de ponerte metas. Tienes que ser exigente contigo mismo para no estar nunca satisfecho y poder ir más allá del límite”, señala Viki.

El BMX (Bike Moto Cross) nació en los años 70 en California, Estados Unidos, cuando los jóvenes trataban de imitar a sus ídolos de motociclismo con sus bicicletas. “El país que más afición tiene por el Flatland es Japón porque por el tipo de sociedad comprenden esta modalidad de BMX. En España yo soy el único pro (profesional), allí hay cerca de 50”, explica. En los últimos diez años se ha celebrado cuatro veces el Red Bull Circle of Balance, la última edición fue el año pasado donde Viki se proclamó campeón. “El Flatland es una expresión artística y personal donde la clave del éxito está en ser original y moverse de una manera que te haga especial y diferente a los demás”, apunta.

Viki tuvo que renunciar a sus estudios para dedicarse profesionalmente a este deporte. Él mismo reconoce que no era mal estudiante pero dejó el instituto en el último curso. Tuvo que decidir entre la bici o los libros. “Eran incompatibles ambas cosas, tuve que elegir y hasta el día de hoy creo que escogí la mejor opción”, señala.

Este joven madrileño sigue en lo más alto, compitiendo a nivel internacional y haciendo exhibiciones por todo el mundo, pero también se ha convertido en empresario. Hace diez años creó su propia empresa de diseño de bicibletas BMX con su mayor rival en el aire, el finlandés Martin Kuoppa. Después de ocho años se separaron y ahora Viki trabaja diseñando bicis para una de las marcas más importantes del mundo del Flatland.

Su pasión por las acrobacias y su originalidad le llevaron a crear en el año 2010 el Campeonato Flamenco Flatland. Una mezcla de la cultura española del flamenco con la del BMX. "Fue una idea arriesgada y novedosa pero que tuvo mucho éxito a nivel internacional, nunca antes se había hecho algo así y salió por todos los canales de televisión del mundo", asegura Viki. “Fueron dos campeonatos, uno en Granada y otro en Málaga, aunque en realidad fue un espectáculo increíble. Una bailaora salía al tablao y nos enseñaba a bailar al ritmo de la música flamenca. El reto era hacer lo mismo con la bici y a la vez competir entre nosotros”, explica.

Piensa en su éxito y asegura que el momento en el que dio sus primeros pasos era mucho más difícil que este. “Ahora hay más grupos para practicar, más oportunidades y puedes comprar una BMX con más facilidad”, comenta Viki. Su consejo para los futuros riders es que "crean en su pasión como algo divertido, que la mantengan, las cosas buenas vendrán después".


Fuente: ElPais.com
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